lunes, 22 de mayo de 2017

CHILE - CATACLISMO de VALDIVIA


El Sábado 21 de Mayo de 1960, el Golfo de Arauco fue sacudido por un terremoto de gran magnitud, que causó estragos en la región, especialmente en Concepción, la ciudad más grande de la zona. Eran las 06:02 de la mañana cuando la población fue bruscamente despertada por el violento sismo.

    Las réplicas continuaron (algunas superaron los 6.0 Richter), todas de alta magnitud y que iban creciendo durante el transcurso del día. Mientras se intentaba establecer un enlace comunicacional, la Fuerza Aérea ponía sus medios a disposición de la Presidencia de la República, encabezada por Don Jorge Alessandri Rodríguez y se daban órdenes para realizar reconocimientos aéreos, a fin de evaluar la situación y organizar la ayuda. Así terminaba ese día de las Glorias Navales de 1960, pero todo estaba lejos de concluir ...

Con las Fuerzas Armadas y los distintos Ministerios alertados, al amanecer del Domingo 22 de Mayo se podía apreciar el nivel de destrucción y apenas evaluar la precaria situación de la ciudadanía, ya sin suministro eléctrico y agua. La situación no era la mejor, sumado a que estaba en pleno Otoño, las lluvias y las bajas temperaturas colaboraban negativamente a recuperar el ánimo de los damnificados.

Si bien se había sentido el sismo al sur de Concepción, no hubo una alerta formal de prevención, salvo lo que en la actualidad rescata el relato popular; "la bestia se aproxima hacia el sur" ...

Epicentro: VALDIVIA

Pero a las 15:22 horas de ese día de descanso, la furia de la naturaleza no dejó ninguna duda de que el dicho era verdad, la "bestia" se levantaba, esta vez para hacer sentir su poder desde la Península de Arauco y hasta la de Taitao, más de mil kilómetros de extensión de sur a norte, con epicentro mar afuera en Valdivia.





En Puerto Montt, la Base Aérea de La Chamiza, cuna del Grupo de Aviación N° 5 quedaba aislada por tierra, tras la caída del puente sobre el Coihuín/Chamiza. No obstante, las tripulaciones y servicios de apoyo se dirigieron rápidamente a verificar el estado de la Unidad y poner en línea las aeronaves de su dotación, mientras intentaba mantener el enlace comunicacional con la ciudad y el resto del país.
Los S-55C, con tres años de servicio por entonces, fueron la cabeza de puente, mientras se aprovisionaban los DHC-2 (OTTER), para ponerse a disposición de la autoridad que organizase la ayuda.

Eran los primeros movimientos del segundo puente aéreo que se conocería en Chile, luego del de 1939 con motivo del terremoto de Chillán.

La Fuerza Aérea dispuso que un F-80 del Grupo de Aviación N° 7 realizara un reconocimiento de la zona, mientras se iban poniendo en marcha los transportes del Grupo de Aviación N° 10, en Los Cerrillos.

Al terremoto - el de mayor violencia conocido en los últimos 150 años en el mundo -, le siguió una serie de tsunami, desde la misma costa valdiviana y hasta Taitao; con olas alcanzando alturas entre los diez y catorce metros.

S-55C CHICKASAW, FACH H-50, Estacionado en el desaparecido helipuerto
de la costanera de Puerto Montt, © Archivo MULTIMODEL

Al final del día, los medios aéreos disponibles, en las diferentes Unidades alertadas, desde Antofagasta a Puerto Montt, comprendían, helicópteros Bell 47D1 (Grupo N° 10), S-55C (Grupos N° 5, 8 y 10), C-47 (Grupo N° 10), DHC-2 y 3 (Grupo N° 5), Cessna 152 (Grupo N° 5), B-45 (Escuela de Aviación), HU-16B (Grupo N° 2), enre las más destacadas y de real aporte al naciente Puente Aéreo de 1960.

Fue tal el alcance del violento sismo y tsunami, que además de la enorme cantidad de víctimas nacionales, en las costas japonesas se registraron 146 con resultados fatales. Valga el detalle para entender lo que vivieron los chilenos ese 22 de Mayo de hace 57 años.


DHC-3 OTTER, FACH 932, del Grupo de Aviación N° 5, 1960, 

© Archivo Museo Nacional Aeronáutico de Chile

El futuro conocido

Además de las conmemoraciones locales, es probable que se recuerden las acciones aéreas, que indudablemente no fueron exclusividad de la Fuerza Aérea, sino de toda la comunidad del aire, tanto militar como civil; así como el trabajo denodado de los diferentes estamentos gubernamentales responsables de operar en función de recuperar la vida operacional del país.

En Febrero de 2010, con un país encumbrado en la modernidad, supuestamente actualizado y con mejores medios que los del de 1960, la reacción fue funesta, culminando en un estado judicial, donde primó la defensa corporativa, antes que el reconocimiento del error; algunas reflexiones escuchadas en la inmediata posterioridad del drama del 27 de Febrero, dejaban un sentimiento de desasón y molestia con quienes han sido contratados por la ciudadanía, para entregarle los medios de avanzar como país.

"No sé que haríamos si esto se vuelve a repetir, no tenemos más medios" ...

Los medios de comunicación se solasaban repitiendo las dramáticas escenas de los diversos momentos de la crisis, mientras un sistema gubernamental no lograba dar confianza dentro de la precariedad de sus acciones. Las Fuerzas Armadas debieron esperar una "decisión de Estado", para comenzar a operar, aunque algunas ya habían lanzado sus medios, nuevamente iniciando el Puente Aéreo el Grupo de Aviación N° 5, esta vez con los primeros vuelos de reconocimiento y alerta de sus DHC-6 TWIN OTTER. 

La Fuerza Aérea estaba lista a pocas horas del terremoto - sí TERREMOTO, no sismo de gran intensidad -, aunque personeros de gobierno hacían peticiones inútiles e inoficiosas, amén de mala manera, como la histérica exigencia de un helicóptero para la Presidente.

No obstante y una vez lograda la orden oficial, el despliegue fue enorme, esta vez, se disponía de aeronaves de gran tonelaje y alcance.

Ambas tragedias producidas por la naturaleza las separó la poca inteligencia de un mando central, pero los resultados, que aun persisten, fueron funestos para las víctimas.

Al presente se han sumado una enorme cantidad de otras, de distinto tipo, pero igual origen, y aunque se observa algo de destreza en su manejo comunicacional, sigue persistiendo la inoperancia producto de una mala dirección y empleo de los medios.

Hay algunos visos de esperanza en el futuro inmediato, como la adquisición de helicópteros medianos, para apoyar las misiones de apoyo y salvamento, inclusive disponiéndose de una nueva Base de operaciones, que les permitirá operar con menos limitaciones, pero no se reconoce una CONCIENCIA de ESTADO de que Chile es un país marcado por las catástrofes naturales, todas las últimas de mediana y gran magnitud.

Reflexión final

Sin duda que hay muchos factores positivos y se han obtenido experiencias invaluables en el manejo de crisis, por lo que no es la idea estigmatizar ni disminuir la positiva acción de los diversos estamentos responsables y que deben estar en función de los ciudadanos, ya que son ellos los que los financian y son el fin último de las inversiones en la materia; sino asumir los hechos negativos que sin ninguna duda deben ser subsanados AHORA, no cuando se tenga que enfrentar un nuevo 22 de Mayo o un 27 de Febrero.

Para los economicistas todos son números y la triste y usada frase de " Chile es un país pobre ", quizás hasta sea cierto, pero se gastan miles de millones en mantener una cultura hacia los muertos, despreocupándose vergonzosamente de los vivos.

Un reconocimiento a las olvidadas tripulaciones de los Puentes Aéreos y a quienes con Vocación, Entrega y Solidaridad van en ayuda de sus connacionales, cuando Madre Natura se encarga de recordarnos que somos un país sólido en su conjunto, pero precario en sus conductores.

Por Sergio Pulgar






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